Douglas (2015)

Guillermo Berman comienza en 2005 sus estudios de Licenciado en Bellas Artes en la Universidad de Murcia. Estudiar en su región natal, sin embargo, le sabía a poco: necesitaba conocer otros lugares, aprender nuevas técnicas, vivir bellas experiencias. Así pues, decide continuar la carrera en otras ciudades por medio de diversas becas. De este modo conoce Palermo, Salamanca y Venecia, trabajando en esta última como asistente de dos profesores de grabado de la Accademia di Belle Arti, y también del gran artista veneciano Vincenzo Eulisse. Este hombre rozaba la octogenariedad, pero poseía la vitalidad e irreverencia de un muchacho de veinte años. De él aprende muchas cosas, aunque lo que más le entusiasma es su modo de combinar pintura y escultura. utilizando objetos antiguos, hierros oxidados, maderas astilladas, pintura acrílica y un sinfín de materiales ensamblaba unas piezas escultóricas que posteriormente influirán en el modo de trabajar de Guillermo.

Finalizada la carrera, vuelve a Salamanca en 2011 para hacer el curso de adaptación pedagógica. Allí conoce a un grupo de artistas con los que desarrolla una serie de proyectos de educación artística, y en ese momento empieza a interesarse en mayor medida por la ilustración. Buscando información sobre esta disciplina, todo parecía indicar que debía acudir a Valencia, así que en 2014 allá se traslada a probar suerte. Mientras cursaba el Máster en Diseño e Ilustración de la UPV participa en varios talleres artísticos con el fin de ampliar sus conocimientos, a la vez que por su cuenta iba desarrollando diversos proyectos en los que combinaba imágenes planas con telas y objetos.
Un buen día es informado de que Julio Antonio Blasco, uno de sus referentes en el campo de la ilustración, iba a impartir un taller de collage, y no se lo piensa dos veces. El collage era un proceso creativo que siempre le había interesado pero que llevaba tiempo sin prestarle atención. Aquel taller supone un antes y un después en el trabajo de Guillermo: se percata de lo lejos que podría llegar y todo lo que podría expresar mediante la combinación de una serie de imágenes recortadas. Desde entonces comienza a participar en diversos eventos relacionados con las tijeras y el pegamento: talleres, maratones, campeonatos e incluso una gymkhana de collage en el Rastro de Madrid. Además, entra a formar parte de la Sociedad de Collage de Valencia, junto a destacados artistas, ilustradores y diseñadores.

En 2015 desarrolla un proyecto de larga duración llamado “Los Días Contados por Guillermo Berman”, en el que cada uno de los 365 días del año publica en sus perfiles de las redes sociales un collage acompañado de un microrrelato. La composición de la obra partía de un calendario ilustrado creado expresamente para ser recortado, editado por Blur Ediciones. Guillermo, además, agrega una pequeña historia con la que se complementan, estableciendo así un vínculo inseparable entre imagen y texto. Gracias a este proyecto, comienza a participar activamente en mercados y ferias de arte e ilustración, así como en exposiciones individuales y colectivas. Además, imparte talleres de collage e ilustración para diversos colectivos: niños, adultos, colectivos de mujeres de tercera edad o de personas con necesidades educativas específicas.

En 2017 afronta una dura decisión: se sumerge en el cenagoso mundo de las oposiciones. Para ello, retorna al nido familiar durante una temporada, en la que compagina las horas intempestivas de estudio con la realización de talleres, exposiciones y encargos de ilustraciones publicitarias y editoriales, algunas todavía inéditas. Es durante esta época cuando realiza su primera exposición individual en el extranjero, concretamente en una galería del maravilloso distrito de La Bastille de París. También funda la Sociedad de Collage de Cartagena junto a grandes artistas de esta ciudad, con los que desarrolla una serie de intervenciones artísticas, exposiciones y talleres creativos. Tras un arduo y agridulce periodo, en 2020 aprueba las oposiciones y comienza una nueva etapa en su vida.

En la actualidad reside en Madrid, trabaja como mediador cultural en un museo de la capital y vuelve a estar inmerso en nuevos proyectos artísticos, empapándose de todo lo que ofrece esta gran ciudad y explorando otras técnicas, como el bordado o la tridimensionalidad. Y esto no ha hecho más que empezar.